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Mostrando entradas de octubre, 2016

Follando autómatas (Homenaje a los condenados Nrº 3)

Sí, amor, dulce amor podemos encargarnos de no encontrarnos con barreras. Sí, amor, extraña belleza podemos eludir los vacíos del corazón y llegar, cada uno, a ser feliz. II Sí corazón, podemos encontrarnos a lo lejos donde nadie se ha acercado a otros pero donde todos se han acercado entre sí. Sábanas suaves, pocos grados centígrados, vistas hermosas fotos hermosas, sábanas suaves y un poco de frío sólo para descubrir tu desliz hacia mi. III Sí amor, podemos descubrir tu monte de Venus, a nadie le importa, ¿Qué importas tú? Si aquí lo que importa es tu desliz hacia mi. No digas que no, los edificios nos rodean, la selva nos rodea, el océano nos rodea. Mira qué profundo es el océano, ¿Hasta dónde llega ese océano? IV Pierdes tus piernas, yo pierdo las mías ¡Malditos sean los Dioses! ¿Lo hacen así? Muñecos, simples muñecos; permite que me ria de que somos simples muñecos. Perdemos piernas y brazos, mientras descubrimos cuán profundo es tu océano

Donde se encuentran (Exquisito pesar Nrº 3)

¿Qué te hace soñar así? Que vida tan dulce tienes, la de llorar cuando nadie llora y de pensar en lo que hace daño cuando más nadie lo hace; es el amor que pregonas. No malinterpretes ni pongas excusas a tu mente. Esto es solamente un sueño, algo pasajero, simples palabras que se pierden, quedan inertes cuando nadie más piensa en ellas. Piensa en ellas, como pienso yo, y me pregunto: dónde estarán ellas. Dales una oportunidad. Que las palabras lleguen a tu corazón, y vivas como las canciones, vivas como el corazón que late en ti. Disfrutando la vida a ritmos, a beats, perdona que hable de forma tan sutil, pero qué vida más dulce la que tienes ahí. ¿Has escuchado de verdad lo que dices? ¿Qué será sino el alma que llevas dentro? Estamos donde estamos porque sabemos escuchar el alma, y lo que lleva realmente adentro. Pero no temas, aún estás a tiempo, a ser una flor delicada, que no sonríe a nadie, que no sonríe a vientos cálidos, que no sonríe a banalidades ni a formalidades, ¿Sabes