Donde se encuentran (Exquisito pesar Nrº 3)

¿Qué te hace soñar así? Que vida tan dulce tienes, la de llorar cuando nadie llora y de pensar en lo que hace daño cuando más nadie lo hace; es el amor que pregonas. No malinterpretes ni pongas excusas a tu mente. Esto es solamente un sueño, algo pasajero, simples palabras que se pierden, quedan inertes cuando nadie más piensa en ellas. Piensa en ellas, como pienso yo, y me pregunto: dónde estarán ellas.

Dales una oportunidad. Que las palabras lleguen a tu corazón, y vivas como las canciones, vivas como el corazón que late en ti. Disfrutando la vida a ritmos, a beats, perdona que hable de forma tan sutil, pero qué vida más dulce la que tienes ahí.

¿Has escuchado de verdad lo que dices? ¿Qué será sino el alma que llevas dentro? Estamos donde estamos porque sabemos escuchar el alma, y lo que lleva realmente adentro. Pero no temas, aún estás a tiempo, a ser una flor delicada, que no sonríe a nadie, que no sonríe a vientos cálidos, que no sonríe a banalidades ni a formalidades, ¿Sabes de qué hablo? Yo no. Me he perdido; te he dedicado canciones que jamás escucharan mis oídos, y formado versos que ningún otro hombre ha hecho. Pero los he hecho, Y dónde se encuentran, es un misterio.

Te responderé como los niños pequeños le responden a sus maestros.

Es un misterio porque se han perdido sus nombres (¿Te lo he dicho?) No les he dado un nombre, y han caído al vacío de mis sueños, simples impulsos eléctricos, que van formando, formando, versos, a lo lejos.

En el mar, a lo lejos. Cerca del Sol y lo que no es nuestro, se aleja de nuestra vista y de lo que es bello.

Son simples canciones las que canto, y cómo canto, es todo un misterio. A veces pienso el mar, a veces pienso en cielo, soy todo alegre buscando palabras, soy todo alegre viviendo lo que se encuentra lejos. No un simple mecanicismo; estoy, como tú, solamente como tú, buscando la esencia de mi anhelo. Que la hayas encontrado o no, significa que nadie te ha dedicado

palabras que suenen a lo lejos.

Deja que te diga por qué pienso tanto en el mar, y por qué pienso tanto en buscar.

Cada kilómetro de mar, es una barrera para mi. Y mis palabras, están sonando a lo lejos, donde no puedo ver lo bello. Donde se encuentran, es un lugar mejor, un lugar donde mi anhelo no es necesario y se puede vivir bien, sin despechos.

Y te digo a ti: Dulce vida la que tienes ahí. ¿Cuáles son tus palabras para describirla? ¿Cómo las llamas? ¿Un espejo sin reflejo (Vida cotidiana, amigos imperfectos, banalidades de este mundo ajeno) o un aedo sin término (Vida, desprecio, egoísmo, virtudes, perfecciones)?

Dónde se encuentran tus palabras, mira, ¡Qué lejos están! ¿Aguantarás este mar?








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