Hologramas de un taxi (Nr°1)

Los verdaderos hombres son las 
prostitutas y trabajan cerca de la Plaza Mayor


6:53 PM, Horario de Verano.

Ella porta un blusón que para nada va con lo que cubre sus piernas. Su estructura ósea, como enviándote un mensaje subliminal te dice que tampoco va con sus proporciones corporales. Hace calor, y ella solo desea tomarse algo refrescante.

No tiene dinero.

Saca un cigarro de su copia de cartera Burberry. El pintalabios mate no mancha el cigarro, pero ya este está manchado con un rosado chillón que de cerca, contrasta con el viejo edificio. Lo peor de todo son los cigarrillos manchados, si estuviera cerca la competencia, esta la criticaría y bajaría su reputación. Incluso le cambiarían el sobrenombre por uno peor, o uno que no se haya ganado con noches de orgías múltiples con grupos de hombres tan inútiles que ni juntos podrían comprar una computadora.

Van bajando los tonos de luz diurna y las luces artificiales van encendiendo poco a poco las calles. Los taxis aumentan en número y las personas son menos. Al menos las que transitan en las calles. Las parejas jóvenes se sientan en la Plaza Mayor, y al otro lado de la avenida se encuentra el Gran Teatro. Abandonado ya por las nuevas localizaciones más modernas y con menos relaciones mafiosas. Caminando de un lado a otro, Tracy camina de un lado a otro en la acera, como perdida, viendo hacia el piso, hacia el asfalto, fumando el cigarrillo manchado con pintalabios barato. Tratando de quitarse el sabor a pene de su boca. Los taxistas no se imaginan eso cuando le piden sus servicios, creen que esa mujer les está haciendo sexo oral y que no le puede transmitir alguna enfermedad infecciosa. Si alguien por broma le dijera que en realidad está mezclando su pre-semen con otros pre-semen, bueno, que hubiera un asesinato en un automóvil no es ser exagerado.

Sus piernas comienzan a tensarse con los claxon de los carros/taxi. Como la fábrica tiene un contrato, casi todos son los mismos. Así que Tracy no sabe si en realidad la están llamando o es por el tráfico vehicular. Son las 7:15pm. Tiene que moverse.

Comienza a caminar por el antiguo distrito. Las casas con arquitectura neo-colonial aportan muy poco a la modernidad de la ciudad. Edificios de tres a seis pisos, carteles de neón, calles empedradas que resuenan con el caminar de Tracy. Se esconde entre las callejuelas, no está cerca ahora de las avenidas. Como aún es Viernes por la tarde, los uniformes escolares no son extraños. Pubertos ven desde los autos de sus padres cómo van caminando las personas. Otros pubertos un poco más grandes, caminan juntos hacia sus casas. Altas casas que se encuentran en las parcelas de la industrialización y economización del espacio. Gritando, comiendo, enamorándose, haciendo alarde de lo que no tienen, escuchando música, imaginando nevadas a lo lejos y páramos relampagueantes. Tracy todo lo ve, o lo que quiere ver, porque las demás personas, las que son un poco más grandes, se dedican a mirarlas de reojos o con crueldad, asqueadas porque alguien de su tipo caminaba por los mismos lugares que ellas.

Muchas prostitutas se encuentran en los taxis, las mujeres solamente quieren compartir su cuerpo.

¿Quién puede decidir sobre el cuerpo de otro? Las mujeres que se venden por sexo no son mujeres prostituidas, porque en realidad la prostitución se la inculcan desde pequeña. En total, si hablaramos de población mundial, si la mitad son hombres, entonces ¡La otra mitad serían mujeres prostitutas por y para el hombre!

Por eso, como taxista, Jean no se percata mucho de lo poco que trabaja, por andar pensando en cómo sería ser una mujer.

La música no se queda en nuestras mentes, se traslada a ciertos aspectos. El trabajo de cómo la influencia de la realidad afecta las canciones aún no se ha hecho. Pordioseros universitarios se la pasan en los bares de nombres franceses hablando sobre la libertad de culto y de los hombres mientras las mujeres que no pueden costearse una vida decente se van a mamar vergas sudadas y algunas a practicar la bulimia para mantener vivo el fetiche de ciertos hombres. Inútiles hombres que ahorran juntos para pagarle a una mujer que da servicios sexuales, pero que en realidad juntos no tienen dinero suficiente para pagar una computadora. 

Tracy se queda al frente de un centro de conexiones, al otro lado de la pequeña calle se encuentra un bazar, 'Lundi'. 

Desde la terraza algunos jovenes drogados le preguntan gritando cuánto cobra y si realmente cobra para fornicar gente o cobra para que la gente se la fornique. 

Empieza a caminar de nuevo. 

Siente incomodidad en sus piernas y cree que le van a fallar, obviamente no pueden. Su estructura ósea no lo permite. Piernas largas y estilizadas. Suaves de piel y firmes como divinidades griegas. 
Total, mucha gente esa noche besará sus sartorios y no le permitiran tener un orgasmo, sino muchos. 

Por una plaza que se llama Miranda, hay una estación de radio, suenan canciones que nadie escucharía, pero esa emisora es famosa entre las prostitutas que se trasladan en taxis. 

"I need you pure, I need you clean" Resuena en los oídos del estudiante que camina por la misma callejuela que la Destrozadora. No quiere que la llamen así en estos momentos, aún es muy temprano para volver al Gran Teatro, aunque ya no se encuentre la luz del sol y el frío comience a poner la piel de gallina. 

Un grupo de gays camina cerca de ella, no se siente a gusto. Aún es temprano, pero ya hay gente nocturna por la calle, algo sucede. últimamente he pensado que la sociedad se ha vuelto más libertina, hay discotecas famosas que curan enfermedades mentales mucho mejor que los centros médicos, con el suicidio o el abuso de drogas que te hacen desaparecer existencialmente de la faz del planeta. Total, a nadie le importa que consuman drogas las personas, mientras puedan comprar comida y pagar servicios que mantengan a la sociedad misma. Aunque no es tarde para la sociedad moderna, poco a poco la noche, los bares de drogas, las discotecas y la policía, la madrugada y la personas arrestadas, la mañana y la masa trabajadora, la luz solar y los estudiantes alegres, los millones de almuerzos y las empresas que te suministran esa comida van creando una nueva sociedad donde lo común no existe, aunque todos sean comunes en los huesos. 

Por la tarde Tracy no había comido mucho, su desesperación por salir de los distritos pobres era demasiada. La violencia extrema por las nuevas drogas que han salido el mercado negro ha aumentado. Se dice que las compañías farmacéuticas le agregan compuestos químicos a los medicamentos que hasta pueden quemar neuronas, aunque en realidad lo que pasa es que te explotan las neuronas. Suicidios entre los pequeños adictos al Internet siempre suceden. Pequeños adictos a la pornografía hardcore y a las prostitutas que les gusta su trabajo. ¿A quién puedes culpar? 

Nuevas proposiciones salen a la luz, el mundo de ahora está en una coyuntura importante; Las más grandes fábricas de autos van haciendo sus propias autopistas, donde solamente sus mismos automóviles pueden circular en las aero-pistas y diferentes carreteras.

Tracy vuelve al Gran Teatro, ya son las 9:15pm. Las luces de neón crean diferentes tonos de piel en las personas. Ha escuchado explosiones en el distrito neo-colonial, cosa muy extraña. Pero tiene que responderle a Papadoc por el pago de hoy, así que esta mujer transexual empieza a exhibirse para las prostitutas taxistas. Hombres deseosos de calmar su deseo sexual en algún Rápido Te Vas, un juego de palabras morboso creado desde la mercadotecnia del sexo más aborrecible que puede existir. 

Jean trabaja cerca de ese distrito, manteniendo a raya el flujo de personas que quieren escaparse de las calles. Los hombres encapuchados no son muy normales en una parte de la ciudad donde en realidad exhibirse es la mejor manera de mantenerse vivo. Si no te exhibes, si no eres un puerco vestido a la moda, levantas la sospechas de muchas personas que van en sus autos últimos modelos, levantas la sospecha de la nouveau police, y más que todo, levantas la sospecha de que en realidad seas una persona sana o alguna basura espacial.

Tracy ve cómo el taxista apaga sus luces de Ocupado/Libre. Ya piensa en cómo sabrá su verga. De cuánto le pagará por el servicio. Si es que en realidad sabe que aquí, en el distrito neo-colonial los servicios son más caros. Quizás sea por las rosas en los balcones o las pinturas famosas que adornan los murales. 

Lo que no sabe Jean es que en realidad ya le pidieron sus servicios a él también. Se detiene a tiempo. Es un hombre encapuchado, pero no le presta atención, es un cliente más.

Su cuerpo es abultado, como si llevara algo dentro de ese gran suéter... 



































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