Follando autómatas (Homenaje a los condenados Nrº 2)

Ven a mí, ven a mí, eterna princesa
adorada princesa, humilde princesa

Ven a mí

Junto a mis abrazos que sollozan y añoran, junto al mar
incandescente con sus besos de sal, impenetrable si no te encuentras
junto a mí

Oh princesa, ven a mí

Ensoñaciones y exhalaciones, princesa hermosa,
ven a mí

Que mis almas te esperan y no me repudian,
porque saben que te amo verdaderamente a ti

Por favor

Ven a mí

II

Que te aman otros, que te amo yo, que te ama el mar
con sus besos de flamas de sal, pero el único que importa
aquí, es tu desliz hacia mí

Preciosa, adorada, ven a mí

Que te desean los Dioses de lo amistoso

Pero ven a mí

Que te desean los Dioses de tus antojos,
pero me prefieres a mí.

III

Que no, que te hice daño, daño
es aquello que llamamos no sobrepasar

¿Pero qué me importa a mí? Me importas tú
humilde princesa, preciosa princesa, ven a mí

¿Que quieres a tus Dioses? Yo los asesino, su sangre me hará
enarbolar mi propia sangre, entre futuros, no lejanos sí eternos,
y entonces nacerán los desliz.

IV

No sé cómo continuar mi desdicha, princesa

No sé cómo decirte lo bueno para ti
me ignoras en las batallas de lo efímero, renuncio, me ahogo

Y tú sin mostrarme tu desliz

Pero qué voy a hacer, si así soy feliz
las adoradas mañanas me siguen despertando, y sus humildes
pájaros me siguen arrullando; pero sin ti,
mi amanecer no es feliz

Que te aman o no te aman, sus corazones están
llenos de veneno, te adoro, te amo, te salvaré a ti

Sólo a ti.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LOCAL_MACHINE (Intento de una obra, primera parte)

William Gibson - Neuromante (Descarga del libro)

Desdichas (Poema Nr°11)