Para aquella vez, esa vez endemoniada desde que tuve la razón suficiente, quise librarme de Ella para siempre, porque era, a mi juicio, a mi sano juicio. Oh, dios mío... Era horriblemente placentero, si pudiera revivir mis momentos a su lado, claro que no tendría ganas de volver a despertar, era Ella, la de ojos verdes escarlata, mi amor eterno para siempre. Maldito sea aquel gen, aquel destino que me depararon, porque recuerdo absolutamente todo, desde sueños de hace un par de años, hasta aquellos nombres que solo una vez escuché. Ahora que puedo relatar, ¿Sería Ella la mujer perfecta? Piel excesivamente blanca, pálida hasta en su sexo, brazos delgados, vientre saludable, cabello ondulado y suave, con un tono castaño claro, casi rubio, rostro angulado, nariz recta, pero agradable, incluso agraciada con unos ojos un poco separados, pero solo es para describir una Diosa Griega prácticamente. Aunque la describo de esta forma, exactamente no sé cual sería su tamaño, en sueños solo pu...