Exclamación (Relato banal Nrº2)

El seguro de mi puerta



Y así comenzó todo, empezando con que no tenía condones para esa noche, el seguro de mi puerta fue roto de un solo golpe y me quedé estupefacto, me quedé como el propio pendejo al ver esto, no era sin más que un viejo sarnoso que quería tirarse a mi compañera -la misma que fue violada por mi gato y sus secuaces extra-terrenales-. Y se lo impedí, porque coño, ¿Que mierdas querían con Ella? ¿A caso esta es diferente por que sí? Ella me parece hermosa, un eslabón perdido, ¿Pero por qué mierdas atrae sarnas como esa? (Coño, soy una sarna). Le metí un coñazo al pobre viejo, y lo que hizo fue deslizarse por el piso al caer, y sacudirse como foca preñada, perdió el control de sus esfinteres y no esperé. Me puse de nuevo mi pantalón, le pedí a Ella que se arreglara un poco y que saliéramos. 

-No vaya a ser que vengan otros viejos sarnosos-Dije.

-¿Es que acaso en tu casa nadie respeta?-Ella dijo con su voz melodiosa. Y yo muerto de pena sólo quise tomar aire fresco. 

En ese momento, mis vecinos escuchaban música, todos al mismo tiempo y me dio asco. Mucho de ese sonido el que hoy todo el mundo pretende escuchar para sentirse parte de una sociedad de jóvenes adictos a las fotos, ropa banal y más que todo, la indiferencia con quién estas teniendo sexo: Todo eso era lo que salía de esa "música". 

Caminé más rápido por la calle con mi novia. Coño, es que todos están escuchando de eso. Caminé mucho más rápido, casi trotando. De repente, escuché un alivio indiferente, música clásica, con más respeto, era Opus 40 du Camille Saint-Saëns.

Seguí mi oído, y provenía de una casa que siempre se mantiene sola. Pero ahora de ahí provenían gritos y una cháchara no tan audible. Me acerqué y no pude dejar de pensar en tantas sinfonías clamando oírse en mi. Y Dios, ¿Por qué ese día? Mi acompañante estaba tan deseosa que casi podía oler sus ganas. 

Entré con ella, siempre tan callada, y siempre hablando cuando lo necesito.

-¿Y si nos devolvemos?-Preguntaba ella con su voz melodiosa.

-Creo que ya es tarde para eso.

Miré a mi alrededor y podía ver mujeres, mujeres por cada rincón del suelo, acostadas, gimiendo lentamente mientras introducían en sus adentros los dedos mas largos de sus manos, en su letargo, no se percataron de dos jóvenes impregnados en las feromonas del amor. No podía dejar ver a esas mujeres, tan deseosas de lo que yo tenía para darles, pero sólo pensaba en mi acompañante. Aunque ella no esperó siquiera una palabra mía y se quitó la ropa.

Lo que vino después fue, y es, inapreciable para mis sentidos terrenales. Mi compañera, mi novia, mi amiga, mi nada.. Estaba con aquellas mujeres extasiándose de sus sexos, me vi invitado para aquel deseo carnal, y lo que habría que explicar sólo en un escrito es para deleitar e imaginar; y así fue, hice lo que todo hombre puede hacer. 

Aunque a la media hora me sentía increíblemente dichoso, lo que pude notar es que aquellas mujeres se estaban comiendo así mismas, su deseo carnal se volvió algo caníbal, y lo caníbal se volvió la muestra de amor. Y así fue como mi compañera, por ser la más joven, fue comida hasta la médula. Comiéndose su sexo, y sus senos como principio; aquellas bestias de piel hermosa se comían a mi novia, se comían su coño como una entrada, y así fue... No pude hacer nada, me terminé viniendo rápidamente en una de aquellas mujeres, y mientras ella apretaba mi sexo con sus nalgas, pude ver que el próximo era yo. Pero escapé, no quise ser consumido por lo carnal y salí de esa casa. 

Lo mismo que al salir de mi casa, música banal por todos lados, y sólo terminé fumando un cigarrillo, es todo lo que pude hacer. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOCAL_MACHINE (Intento de una obra, primera parte)

William Gibson - Neuromante (Descarga del libro)

Desdichas (Poema Nr°11)